sábado, 23 de abril de 2011

Los Sikh: el Hinduísmo y el Islam




Introducción

El Sikhismo es una religión nacida en la India, más precisamente en la zona del Punjab, durante el siglo XV. La época de su aparición y su desarrollo característico cae dentro del período musulmán de la historia de la India. Su fundador, Guru Nanak, fue testigo de la caída del Sultanato de Delhi y de la emergencia del Imperio Mongol, que controlaría el Norte y Centro de la India entre los siglos XVI y XVII.
Como su origen es relativamente reciente, no tiene mitología ni ídolos, aunque tanto su fundador como la figura de los gurus, están rodeados por un halo de leyenda.
El término ‘sikh’ procede del verbo punjabi sikhana que quiere decir ‘aprendiz’. A su vez,sikhana proviene de la palabra sánscrita śisya, que significa ‘discípulo’ o ‘alumno’. La mayoría de los sikh es punjabí o de ascendencia punjabí. No obstante, a pesar de que la comunidad desconoce el proselitismo, cualquiera puede convertirse al sikhismo.
En la actualidad un 76% de los sikh del mundo vive en en los estados indios del Punjab y Haryana. El censo de la India de 2001 registró 19,2 millones de sikhs y se calcula que el número de los que se encuentran fuera de dicho pais asciende a los 2,2 millones.
La Khālsā: su origen

   La Khālsā, creada en 1699 por Gurú Gobind Singh,  constituye la fraternidad sikh. En las palabras de Mc Leod: “La Khālsā es mejor descripta como una orden, como una sociedad que posee una base religiosa y una disciplina militar.”[1]
   Guru Gobind Singh habría sido impulsado a infundir un espíritu de unidad y fuerza por la aparente debilidad de sus seguidores.
   La tradición cuenta que una multitud de seguidores se encontraba reunida en Anandpur, en espera de un anuncio de Guru Gobind Singh. Éste salió de su carpa blandiendo su espada y pidió la cabeza de alguien que fuese capaz de ofrecérsela. Se produjo un silencio hasta que Dāya de Lahore se ofreció y fue conducido a la carpa. Quienes permanecieron fuera escucharon el sonido de la espada y observaron al gurú que al salir, cargaba la espada manchada con sangre. El proceso se repitió cinco veces en total con Dharam de Delhi, el ceramista Himmat de Orissa, el barbero Sukkhā Sāhib de Bidar y Muhakam, un lavandero de Gujarat. Posteriormente los cinco salieron vivos de la carpa para el asombro de la multitud. Gurú Gobind Singh dirigió entonces un sermón anunciando que los cinco voluntarios constituirían el núcleo de la nueva hermandad, la Khālsā. A continuación inició a los ‘cinco amados’ (pañj piāre) y luego le pidió que lo iniciaran.
   No es casual que el número de los ‘amados’ sea de cinco, ya que según Bhāī Gurdās, devoto de los gurues Hargobind y Arjan, “un discípulo es un sikh, dos forman una asociación sagrada; pero adonde haya cinco presentes, estará Dios en persona”[2]
   Los nombres de los pañj piāre son asimismo muy simbólicos de los valores que la Khālsā pasaba a encarnar:
-         Dāya: compasión
-         Dharam: deber
-         Himmat: esfuerzo
-         Muhakam: firmeza
-         Sāhib: honor

   Continuando con la utilización del número cinco, Guru Gobind Singh ideó una fórmula de cinco principios, cada uno de ellos con cinco reglas.
Cinco creencias:
-         Akal Purakh
-         Gurú Granth
-         “Wah Guru ji ka Khālsā” (‘Dios, la Khālsā es tuya’)
-         “Wah Guru ji ki Fatah (‘La victoria te pertenece’)
-         El japji de Guru Nanak

Cinco Votos:
-         no cortarse el cabello o afeitarse jamás[3]
-         no fumar tabaco
-         no comer la carne sacrificada, troceada y preparada al modo musulmán
-         no usar sombrero
-         no adorar tumbas y reliquias de la cremación y otras supersticiones.

Cinco liberaciones:
-         Dharam Nash: liberación de prácticas previas religiosas y costumbres.
-         Karam Nash: anulación de las pasadas malas acciones.
-         Janam Nash: renuncia a las influencias familiares o efectos de las castas.
-         Sharam Nash: desaparición de las distinciones profesionales hereditarias.
-         Bharam Nash: descartar los rituales prescriptos por las prácticas previas.

Cinco reglas de conducta:
-         Se debe ofrecer una plegaria antes de comenzar cualquier trabajo o empresa.
-         Los Sikh deben ayudarse unos a otros y servir al Panth.
-         Deben practicar el cabalgar y el uso de las armas.
-         Un Sikh que quita la propiedad a otro, recibirá castigo.
-         Respecto de los asuntos sexuales el gurú dijo que su padre, Guru Tegh Bahadur, le había dado estas instrucciones que servirían de guía a todos los sikh: “…no te acerques al lecho de otra mujer ni siquiera por error o en un sueño. Sabe, que el amor de otra esposa es una daga afilada […] Aquellos que creen que es de gran inteligencia el disfrutar de otra esposa, terminarán al final, muriendo como perros.”[4]

Cinco símbolos o la cinco ‘Ks’ (pañjkakke)
-         Kés: el cabello sin cortar.
-         Kanghā: un peine que lo sujeta.
-         Kachh: un calzón corto.
-         Karā: una pulsera de acero.
-         Kirpān: un puñal.

   Se trata de los distintivos externos más característicos del Sikhismo. Estos cinco emblemas son sólo obligatorios para los iniciados en la Khālsā aunque gran cantidad de no iniciados los han tomado como símbolos de la identidad sikh. Para la mayoría de los pensadores de la Khālsā, los cinco emblemas expresan las virtudes internas.
   El kés se aplica a todo el cuerpo y es obligación de todo sikh el mantener el cabello siempre pulido y limpio. La tradición sostiene que puesto que Akāl Purkah nos dotó de pelo, es incorrecto interferir con el curso natural de las cosas. Según Uberoi, uno de los sentidos culturales del kés es el de ser “la antinomia o antétesis de los ritos hindúes de renunciación.”[5] Así, el kés representaría una inversión de los ritos de iniciación clásicos del hinduismo.
   El kanghā mantiene sujeto y ordenado el cabello. Es por eso, un emblema ligado directamente con el kés. Muchos sikh le atribuyen un significado simbólico como distintivo de la pureza y el cuidado de uno mismo, o sea, la autodisciplina.
   El  kirpān o espada, simboliza el lado marcial de la Khālsā. En las propias palabras de Gobind Singh: “Akāl Purkah diseñó la espada de dos filos antes de crear al universo.”[6] Se trata de un sable que posee una restricción ritual: representa la defensa de la justicia y nunca ha de utilizarse de forma ofensiva.
   El uso de la karā sirve para recordar al iniciado la unicidad de Dios. Normalmente se lleva en la muñeca derecha y debería ser de acero. El brazalete da el mismo control ordenado a la espada que el peine otorga al cabello.
   El kachh sirve para recordar al devoto el control sexual. Representa el freno a las relaciones extra-conyugales y un símbolo de pureza moral. También se interpreta como un repudio a los votos de castidad del renunciante hindú o a la práctica islámica de la circuncisión.

   El uso del turbante es, tal vez, el símbolo más conocido del Sikhismo, a pesar de que no está incluido en las ‘cinco Ks’. El color de dicho turbante es indistinto pero puede hacer alusión a ciertas preferencias del portador. El turbante de color azul oscuro identifica a los seguidores del partido político Akali, el naranja a los simpatizantes de la nación sikh independiente: Khalistán. Muchos ancianos lo prefieren de color blanco al igual que la secta de los namdhāris y, los turbantes con cenefas a menudo identifican a los sikh que residen en el Sudeste Asiático.

   El rito de iniciación en la Khālsā sirve para generar un sentido de orden, identidad y colectividad; en él, se otorga al iniciado su nuevo nombre, el cual es sacado al azar del Ādi Granth y en el caso de los hombres es acompañado del apellido ‘Singh’ (león) y en las mujeres, ‘Kaur’(princesa). Se enseñan las obligaciones diarias que cada sikh debe cumplir. Es designado como khande-dī-pāhul o ‘bautismo por la espada de dos filos’, aunque el nombre más popular es amrit-sanskār o ‘sacramento de la ambrosía’.
   El requisito para iniciarse en la fraternidad es poseer un ejemplar del Ādi Granth y la presencia de siete sikhs ya iniciados. El bautismo se otorga a adultos con uso de razón y sin distinción de nacionalidad, género, casta o religión.
   Uno de los iniciados se sienta junto al Gurū Granth Sāhib, otro junto a la puerta para evitar las interrupciones; mientras que los cinco restantes, que simbolizan a los pañj piāre son los que llevan a cabo la iniciación formal. En la actualidad tanto hombres como mujeres pueden conducir el bautismo, siempre y cuando porten los símbolos de la fraternidad y no hayan roto jamás los votos contraídos por el bautismo.
   Quien dirige la ceremonia, explica los principios del Sikhismo. Una vez que el candidato los acepta, se recita la plegaria del Ardās y se procede a la preparación del amrit(néctar o ambrosía) que consiste en agua mezclada con azúcar cristalizado. Cuando el amrit está listo, se vierte sobre unas copas y los ‘cinco amados’ lo beben cinco veces, posteriormente el amrit es derramado a través de la espada de doble filo  sobre las manos, los ojos y el cabello de los iniciados. Este momento representa simbólicamente el baño de Gurū Nānak en el río Bein.


[1] Mc Leod  Sikhs and Sikhism. “Evolution of the Sikh comunity” Pag.4.
[2] Singh, T. Sikhism. Its Ideals and Institutions. pag. 39.
[3] Para la ortodoxia, la cortarse el cabello un sikh se convierte en apóstata.
[4] Macauliffe,M.A. The Sikf Religion , pag. 110
[5] Uberoi, J.P.S.  Five Symbols of the Sikh Indentity en Religions in India.. Pag. 324.
[6] Dasam Granth, 2


Lilia S. Bykova

Descargar el trabajo completo: http://rapidshare.com/files/439286248/sikhs.doc